jueves, 9 de septiembre de 2010

El Tesoro de mi Juventud!


Esta semana tuve dos momentos que me trasladaron en el tiempo hasta mi pre-adolescencia, cuando tenía unos 13, 14 años...

El primero fue el lunes. Como el sábado fue el día de la secretaria, y a pesar de que no es mi vocación ni mi oficio, yo soy secretaria y no me molesta que me saluden, pero aborrezco las sorpresas. Me ponen muy incómoda, no se porqué, pero no me gustan y la gente que me rodea lo sabe. Por eso me pone muy mal ver que insisten en sorprenderme cuando saben que no es de mi agrado. Forzarme a sonreir y a decir "gracias" cuando por dentro me siento incomodísima, es horrible, por más que se que todos tienen buena intención y me quieren mucho.
Bueno, la sorpresa de este año consistió en regalarme la colección completa del "Tesoro de la Juventud". Qué es esto? Una colección de libros, una especie de enciclopedia en 20 tomos, con diversos temas. Yo tengo una colección incompleta y en muy mal estado, que perteneció a mi tío abuelo.

Acá viene el recuerdo de mi juventud... cuando era jovencita, como mis padres están divorciados, me iba a dormir a la casa de mi papá (a dos cuadras de distancia) los fines de semana. En ese entonces mi papá no se había vuelto a casar, y mis hermanos se iban de joda o con sus novias, así que solo éramos mi papá y yo.
Recuerdo el despelote (que todavía mantiene y que con los años se acrecentó), de su casa, la música de fondo (jazz y música clásica, que todavía suenan), y los libros...
Yo todavía era muy chica para ir a bailar o interesarme en noviecitos, y no tenía muchas amigas, era más bien solitaria. Esos fines de semana eran maravillosos... me sentaba con un tomo del "Tesoro de la Juventud", el tecito y las galletitas con miel que me preparaba mi papá, y me sumergía en el mundo de fantasía.
Lo que más me gustaba de esta colección era "El libro de las narraciones interesantes" y ahí leí todos los cuentos clásicos, y me deleité con las imágenes. Leí todos los tomos que tenía (unos 14), y le pedí a mi papá por favor que me los regalara, porque no quería que se pierdan en el medio de su caos.
Imagínense mi sorpresa al ver que me estaban regalando la colección COMPLETA en perfecto estado! Cuántas veces habré soñado que tenía todos los tomos!! Además los tenía salteados, no tenía el número uno por ejemplo, y sí tenía el número veinte. En el último tomo había un índice y yo marqué todo lo que quería leer y que estaba en los tomos que me faltaban. Jamás imaginé que iba a hacer realidad mi sueño!
Por supuesto, me puse a llorar apenas comprendí la magnitud del regalo. Fue horrible e incomodísimo, pero a cambio de ese momento incómodo tengo estos libros maravillosos!

El segundo recuerdo se dio ayer, y tiene que ver con esto. Estoy muy resfriada y se me terminó la miel. Así que compré un frasco de una miel casi blanca, y fue abrir el frasco y recordar esas galletitas con miel que me preparaba mi papá mientras leía los libros!
Dos cosas, los libros y el sabor de esa miel, me llevaron atrás en el tiempo, y recordé mi temprana juventud, cuando un cuento acompañado de una cerealita con miel eran la felicidad!